IV Domingo de la Santa Cruz - Homilía del Patriarca Maronita Rai.
- Noticias Maronitas
- 9 oct 2022
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Actualizado: 15 oct 2022

IV DOMINGO DEL CICLO DE LA
SANTA CRUZ
Homilía Su Beatitud Bechara Pedro cardenal Rai
Patriarca de Antioquía y de todo Oriente
XIV Domingo de la Santa Cruz
Bkerke, Domingo 9 de octubre de 2022.
“¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente?” (Mateo 24, 45).
1. La palabra "Siervo” no significa servidumbre, sino que se deriva del verbo “Servir” que significa el adorador, es decir, el creyente que ama a Dios y está comprometido con Su amor, que se manifiesta en los actos de adoración. Significa la persona que Dios elige e invita a contribuir a la realización de su propósito. Jesús mismo es llamado en el libro de Isaías "el siervo del Señor". Es un título de honor. La Biblia se refiere a personas a las que Dios ha encomendado un mensaje especial para su pueblo, tales como: Moisés y David el Rey, los profetas y sacerdotes. Incluso al “pueblo de Dios” se les llamaba “siervos de Dios”.
2. El “Siervo”, a quien se le confía una responsabilidad para con la comunidad, es como un agente que debe caracterizarse por dos virtudes: la honestidad y la sabiduría.
La fidelidad es una característica esencial de Dios, que lo hace siempre fiel a sí mismo. Nuestra honestidad nos llama a ser fieles a su ejemplo. Es: fidelidad al depositario, que es Dios; fidelidad a las personas bajo la custodia de nuestro servicio; y por identidad propia, que es el caso del aceptador de la agencia, lo que significa que no tengo el control absoluto de mi vida, mis talentos, mi potencial, mis posesiones, mi trabajo, mi responsabilidad; Y por lo mío, para que lo guarde, lo haga crecer y lo haga fructificar, para que crezca y se multiplique, para un servicio mayor y más amplio, como viene en la parábola de los talentos: cinco, dos y uno (Mateo 25, 14-30).
La honestidad exige volver a la decisión del primer día, para superar tres dificultades que la amenazan: la monotonía de la vida cotidiana, las dificultades y los desafíos, y el semi-silencio o ausencia de Dios.
En cuanto a la sabiduría, es uno de los dones del Espíritu Santo, y es el primero de sus siete dones. Se nos da libremente mirar los asuntos mundanos desde el punto de vista de Dios y actuar como si Él fuera nuestro lugar. La sabiduría es la conciencia y la conciencia que nos motiva a ser siempre honestos. La sabiduría constituye el marco protector del Secretariado.
3. El significado del evangelio de hoy es que cada uno de nosotros tiene el deber de hacer el ajuste de cuentas al final de su vida. Si cumple con sus deberes de mayordomía, será recompensado con la salvación eterna. Pero si lo rechaza y lo descuida, su parte será la perdición eterna. Ambos asuntos están sujetos a la voluntad personal. Por nuestra voluntad somos salvos, y por nuestra voluntad perecemos, mientras Dios nos concede todas las gracias y medios para la salvación de nuestras almas.
Así, desde el Evangelio de hoy, la venida del Señor es muerte, lo que significa el último y definitivo encuentro con Dios, y la presencia ante Dios en estado de fidelidad a la vida, de fe y de responsabilidad. En esta reunión se decide el destino de todo ser humano en un estado posterior a la muerte, eterna fidelidad o eterna perdición.
La muerte es inevitable, pero su día y hora son desconocidos. Vale la pena prepararse para el encuentro con el Señor, a través de la muerte, con la fidelidad y la sabiduría antes mencionadas. Tanto la vida como la muerte deben ser atendidas. Los Santos Padres recomendaron siempre decir: “Acuérdate, oh hombre, de tu muerte”, para organizar y corregir tu vida en este mundo.
4. Los funcionarios de las autoridades constitucionales son delegados por el pueblo según el preámbulo de la constitución: “El pueblo es la fuente de los poderes y el dueño de la soberanía, quien los ejerce a través de las instituciones constitucionales” (inciso d). Este poder es del pueblo, y es obligatorio para los diputados, en estos días, elegir presidente de la república antes del 31 de octubre. En este sentido, el pueblo libanés espera salir de sus crisis acumuladas y recuperar su protagonismo hacia sí mismo y su entorno, pero no ve con buenos ojos la consigna del cambio, pues teme su camuflaje entre dos fronteras: cambiar de nombre sin cambiar el impurezas del sistema, y cambiar el sistema histórico y democrático sin derrocar el régimen de facto. Deben encontrarse las soluciones adecuadas por el bien del Líbano y su pueblo.
5. El pueblo libanés esperó y esperó hasta que las iniciativas extranjeras dirigieran la esencia de las crisis en el Líbano. Sin embargo, parece que pasaron por alto esta sustancia, quizás de forma deliberada, y estas iniciativas fracasaron.
Si bien el pueblo del Líbano aprecia las iniciativas de los países amigos, está interesado en crear un proyecto integrado de solución libanesa que mejore las relaciones de los libaneses entre sí, no que estos países extranjeros mejoren las relaciones de estos países extranjeros con algunos componentes libaneses en a expensas de otros, ni que mejoren sus relaciones regionales con el Líbano a expensas de otros. La solución deseada se basa en la unidad de lealtad al Líbano, y en la soberanía y la independencia; sobre la neutralidad ampliada y la descentralización, y el sistema económico libre; Y a la apertura al entorno árabe, regional y global, y al desarrollo de la vida constitucional basada en el Acuerdo de Taif, implementándolo en espíritu y letra.
6. Ha llegado el momento de que el candidato presidencial se revele con su personalidad, experiencia, dureza, claridad de visión y su capacidad para ejecutarla. Si se elige a tal presidente, se ganará inmediatamente la confianza del pueblo libanés y de la comunidad internacional y árabe. El pueblo y nosotros no queremos al jefe de compromisos.
El Patriarcado Maronita, por su parte, no reparte su apoyo a los candidatos, contrariamente a lo que algunos promueven, sino que apoya al exitoso presidente tras su elección, y tras su adopción seria y real de los términos de la solución libanesa bajo auspicios internacionales. . No sentimos vergüenza alguna con todos los que alimentaron y aseguraron el edificio, nuestra opinión. Tampoco nos dio vergüenza tener una discusión franca con todos ellos. Lo que les estamos diciendo es que sigan la línea recta hasta llegar a un consenso sobre la personalidad distinguida del presidente en todas sus dimensiones. Nos referimos al presidente que expresa la voluntad de la sociedad libanesa, no a un presidente que se siente cómodo con la lealtad hacia el exterior. El Líbano ya no puede tolerar soluciones a medias, amistades a medias, presidentes a medias, gobiernos a medias o lealtades a medias.
7. Vamos diputados, elijan un presidente que esperamos para la sesión del próximo 13 de octubre, y que esa fecha sea una línea divisoria entre la etapa de desarticulación del Estado y la etapa de construcción del mismo. Luego formaron un gobierno inclusivo, no sectario. El gobierno del pueblo no es el gobierno de un partido, alianza o facción que quiere dominar el país por medio de un intermediario. El pueblo rechaza un gobierno de acuerdo con unos estándares, así como rechaza a un presidente al que se le pide de mala gana.
8. Elevamos hoy nuestras oraciones a Dios para que acoja las expectativas de los libaneses, y saque al Líbano del abismo de sus crisis, y al pueblo de su miseria. ¡Dios es Todo-Oyente y Todo-Responsivo! A él sea gloria y acción de gracias ahora y siempre, Amén.
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