XII Mensaje del Patriarca Maronita para el Gran Ayuno (Cuaresma)
- Noticias Maronitas
- 23 feb 2022
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XII Mensaje para el Gran Ayuno (Cuaresma)
Patriarca Su Beatitud Bechara Pedro cardenal Rai
Patriarca de Antioquía y de todo Oriente
El ayuno en el tiempo de la Iglesia sinodal
Roma 2022
A nuestros venerables hermanos, honorables obispos, a los Superiores Generales y Madres Superioras, a los respetados sacerdotes, monjes y monjas, y a todos los miembros de nuestra Iglesia Maronita en el Líbano, en territorio patriarcal
y en los países de emigración.
La paz en el Señor Jesús y la Bendición Apostólica
Me complace abordar en el mensaje de Cuaresma de este año los tres ministerios integrados e interrelacionados en el ministerio de la palabra, la oración y el amor,
y en su carácter personal y comunitario, el camino sinodal de la Iglesia,
las orientaciones pastorales relativas al ayuno y a la abstinencia.
Primero: los tres ministerios
1. Reunidos los doce apóstoles al inicio del camino de la Iglesia naciente, organizaron tres ministerios: el ministerio de la palabra, el de la oración y el de la ayuda a los pobres, para lo cual nombraron a siete diáconos, entre los cuales estaba el primer mártir Esteban. Se comprometieron, así, con estos tres ministerios como identidad y como misión para la Iglesia de manera permanente.
Esto es lo que leemos en los Hechos de los Apóstoles: «No es conveniente que nosotros abandonemos la palabra de Dios para servir las mesas. Escojan, hermanos, de entre ustedes a siete hombres de buena fama, llenos del Espíritu y de sabiduría, a los que designemos para esta tarea. Mientras, nosotros nos dedicaremos asiduamente a la oración y al ministerio de la palabra» (Hechos 6, 2-4).
2. El tiempo de Cuaresma es un recordatorio y activación de estos tres ministerios, además de vivir la ley del ayuno y la abstinencia, como signo de arrepentimiento y expiación por los pecados, nuestros pecados personales y los pecados de los demás, y por el mal que existe en el mundo, ya sea que lo hayamos cometido nosotros o lo demás, como rezamos en el Salmo 50: «Ten misericordia de mi, Dios mío, según tu bondad; según tu inmensa compasión (…) Pues yo reconozco mi delito y mi pecado está de continuo ante mi. Contra Ti, contra Ti sólo he pecado, y hecho lo que es malo a tus ojos».
En efecto, en el tiempo de Cuaresma se realizan ejercicios espirituales en las parroquias para profundizar en la palabra de Dios con homilías, exhortaciones y programas educativos a través de las redes sociales; se generan ambientes de oración, la posibilidad de confesiones, los ritos de arrepentimiento y la distribución de la gracia de los sacramentos; se activa el servicio del amor social en el patriarcado, en las diócesis, en las parroquias, en las órdenes religiosas y en los monasterios; se realizan aportaciones a la campaña Cáritas Líbano en las puertas de las iglesias, en instituciones eclesiásticas y civiles, y en la vía pública; se coordina la cooperación con organizaciones caritativas no gubernamentales, lideradas por Caritas Líbano, que es el aparato social pastoral de la Iglesia.
3. La palabra de Dios genera la fe, expresada en la oración vivida, pero el amor parte del corazón de Dios y pasa por nuestro corazón hacia el otro (ágape). Este amor es la expresión del arrepentimiento por el que pasamos del egoísmo y el amor propio, al encuentro y a la mano generosa, y a la generosidad de corazón. Por el arrepentimiento sincero nos damos cuenta que no hemos amado; practicando el perdón llegamos al clímax del ayuno, la oración y la limosna, porque la máxima expresión del amor es el perdón.
4. La caridad perdería su esencia si se separa del servicio del amor, pues se puede convertir en un acto temporal y estacional para el tiempo de Cuaresma. Debe ser una forma de vida, reconocida por la virtud de la solidaridad, que es el sentimiento y la acción de que todos somos responsables de todos. En este caso, la caridad comienza con una mirada llena de emoción, antes de ser una ayuda material. Es el corazón que se presenta y asiste, que es la expresión de una humanidad que se entrega con alegría.
Segundo: El camino de la Iglesia sinodal durante el tiempo de Cuaresma
5. El proceso de preparación de la Asamblea Sinodal Romana de los Obispos con el lema: «Por una Iglesia sinodal: Comunión, Participación y Misión», adquiere un mayor impulso y contenido durante la Cuaresma.
Los ministerios de la palabra, de la oración y del amor, requieren una Iglesia que camina junta, ya sea que esté encarnada en una diócesis o en una parroquia, en una orden monástica o en una comunidad religiosa, o incluso en una sociedad civil organizada.
Juntos, este camino conduce a tres direcciones:
Comunión: que es unión con Dios verticalmente y una unidad con todos los hombres horizontalmente.
Participación: que es compartir lo que tenemos, lo que poseemos y lo que se nos encomienda con quienes tienen necesidades económicas, espirituales, morales, educativas o sociales.
Misión: que es el mensaje de Cristo entregado a la Iglesia, a todo bautizado y bautizada. Es un mensaje de verdad, amor, libertad, justicia y paz.
Cuando decimos «sínodo», es decir, caminar juntos, queremos decir la obligación de comprometernos todos y a todos en este camino común. No está sujeto al estado de ánimo de los individuos. Somos el único cuerpo de Cristo que no se desintegra cuando se mueve y camina.
Tercero: Medidas pastorales
A) Ayuno y abstinencia y exención de los mismos
6. El ayuno es la abstención de alimentos desde la medianoche hasta el mediodía, con la posibilidad de beber sólo agua, desde el Lunes de Ceniza (28 de febrero) hasta el Sábado de la Luz (16 de abril), a excepción de las siguientes fiestas: San Juan Marón (2 de marzo); los Cuarenta Mártires (9 de marzo), San José (19 de marzo); la Anunciación de la Virgen (25 de marzo); el santo patrón de la parroquia; y con excepción también del sábado y domingo de cada semana, según la enseñanza de las leyes apostólicas (el año 380). El sábado por el memorial de la creación, y el domingo por la resurrección. Estas leyes excluyen el Sábado de la Luz «porque el día en que el Creador estuvo debajo de la tierra, no es conveniente regocijarse y festejar, puesto que el Creador supera a todas sus criaturas en naturaleza y honra».
7. El precepto es abstenerse de comer carne y huevos durante la primera semana del Gran Ayuno, la Semana Santa y todos los viernes del año, a excepción del período comprendido entre Pascua y Pentecostés, la Natividad de María y el Adviento, y las fiestas litúrgicas en la que es necesario participar de la Divina Liturgia como: Navidad y Epifanía, la Presentación del Señor en el Templo, San Marón, San José, la Ascensión, los apóstoles Pedro y Pablo, la Transfiguración del Señor, la Asunción de la Virgen a los Cielos, la Exaltación de la Cruz, todos los santos, la Inmaculada Concepción y la fiesta patronal de la parroquia.
8. Están generalmente exentos del ayuno y la abstinencia, los pacientes y los enfermos, cuyo estado de salud les exige comer alimentos para estar fuertes, especialmente los que toman medicamentos relacionados con sus enfermedades crónicas, y que se encuentran en condiciones especiales y delicadas de salud, además a los pacientes que se encuentran en internación transitoria u hospitalización temporal. Se sabe que los niños comienzan a ayunar al año siguiente de su primera comunión, teniendo en consideración su situación durante el período escolar.
Se invita a los que están exentos de la ley de ayuno y abstinencia, a que se basten con un pequeño desayuno suficiente para tomar medicinas, o para continuar las lecciones si son alumnos y alumnas. Los que son dispensados están llamados a sustituirlo con buenas obras y con actos de misericordia.
B) Períodos fuera del tiempo de Cuaresma
9. El precepto del ayuno y abstinencia fuera del tiempo de Cuaresma, según la antigua y piadosa costumbre que se conserva en todas las Iglesias Orientales (católica y ortodoxa), se practica en preparación de las fiestas específicas de los santos apóstoles Pedro y Pablo (del 21 de junio al 28), y de la Asunción de la Virgen María al Cielo (del 8 al 14 de agosto).
C) Ayuno eucarístico
10. Es abstenerse de comer desde la medianoche antes de la Comunión o por lo menos una hora antes de ella, en preparación para la unión con el Señor por la Comunión de su Cuerpo y su Sangre.
Conclusión
11. Con la Iglesia universal caminamos juntos como Iglesia sinodal en el tiempo de Cuaresma bajo la guía de Su Santidad el Papa Francisco, comprometidos en construir la comunión, que es la unión vertical con Dios y la unión horizontal con todos los pueblos; compartiendo las bondades de la tierra con los mas necesitados de nuestros hermanos y hermanas; llevando a cabo el mensaje de proclamar la palabra de Dios y elevando oraciones a Dios por la paz en nuestros países, especialmente en los países del Oriente Medio y en el Líbano.
Con mis constantes oraciones y amor.
En nuestra sede temporal en Roma, 22 de febrero de 2022
+ Su Beatitud Bechara Pedro cardenal Rai
Patriarca de Antioquía y de todo el Oriente
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