25 Años de Presencia del Opus Dei en el Líbano - Homilía del Patriarca Rai.
- Noticias Maronitas
- 27 nov 2021
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25 AÑOS DE PRESENCIA DEL
OPUS DEI EN EL LÍBANO
Homilía de Su Beatitud Bechara Pedro cardenal Rai.
Patriarca de Antioquía y de todo Oriente
25 años de presencia del Opus Dei en el Líbano
Bkerke - sábado 27 de noviembre de 2021
“Id también vosotros a mi viña” (Mateo 20, 4).
1. A la luz de esta parábola evangélica, nos complace celebrar con la Prelatura del Opus Dei en su jubileo de Plata por su presencia en el Líbano. Agradecemos a Dios con ella por las bendiciones que nos ha otorgado, a lo largo de veinticinco años, a través de su servicio diversificado en sus cinco centros en Beirut, Sarba, Jbeil, Maad y Bcharre. Cuántas almas se han guiado por la palabra de Dios, la formación espiritual y teológica, otras han regresado a Dios a través del arrepentimiento y otras que fueron consoladas en su angustia. Me complace saludar a todos sus miembros, padres y laicos creyentes en Cristo, encabezados por el Padre Dominique Helou, Representante en Líbano de su Prelate, Su Excelencia Monseñor Fernando Ocáriz Braña.
2. La Prelatura del Opus Dei, tal como lo definió su fundador, san Josémaria Escrivá, es la santificación de uno mismo en el trabajo diario, la vida familiar y las relaciones sociales. Tiene un 'unico objetivo, que es velar para que en el mundo haya hombres y mujeres de todas las razas, colores y estatus social, se esfuercen por servir a Dios y a la humanidad, en y a través de su trabajo diario en medio de las realidades y los intereses del mundo.
3. En la parábola evangélica, el dueño de la casa salió a contratar obreros por su generosidad, cinco veces: temprano y bautizado a la novena hora, al mediodía, luego a las tres y finalmente a las cinco. Estas horas significan cubrir todas las horas laborales del día. Significa también las diferentes edades: infancia, juventud, adultes, vejez y toda edad, y la situación tiene una especie de trabajo material, espiritual, moral y ético (Exhortación Apostólica de San Juan Pablo II: Laicos que creen en Cristo, 45).
4. Todo esto hace que la ley del trabajo sea obligatoria para todos, a cualquier hora del día. La Iglesia está convencida de que el trabajo es una dimensión fundamental de la existencia del hombre en la tierra. Lo que prueba esto es la herencia de las diversas ciencias, todas ellas dirigidas al hombre: biología (antropología), ontología (paleología), historia, sociología (sociología), psicología (psicología), entre otras. (Encíclica de San Juan Pablo II: Practicar el trabajo, 4).
5. La Iglesia deriva esta convicción de la palabra revelada de Dios, que es al mismo tiempo la convicción del razonamiento y, por tanto, la convicción de la fe. La razón es que la Iglesia cree en el hombre, piensa en el hombre y se dirige hacia el hombre.
Sí, la Iglesia encuentra en las primeras páginas del Libro del Génesis que el hombre, creado a imagen y semejanza de Dios, recibió de Dios la autoridad sobre la tierra para ararla, sojuzgarla y vivir de sus frutos, según Su decretos y mandamientos (véase Génesis 1, 27-28; 3/19).
6. Nuestro Señor Jesucristo también se sometió a la ley de trabajar en el campo de la carpintería con su padre José, antes de comenzar su misión pública a la edad de 30 años. Cuando comenzó con palabras de sabiduría y realizando milagros de curación, se sabía que era "el hijo del carpintero, y su madre se llamaba María" (Mateo 13, 55). Practicaba carpintería durante la semana, todos los sábados iba a la sinagoga y todos los años a Jerusalén en la Pascua.
Se sabe por el apóstol Pablo que se ganaba la vida haciendo tiendas de campaña (Hechos 18, 1-3). Él es quien advirtió a los tesalonicenses contra la pereza, hasta que dijo: “El que no quiere trabajar no puede comer” (2 Tes. 3, 10).
7. La Iglesia tiene una amplia enseñanza sobre el trabajo, comenzando por el Papa León XIII en su famosa encíclica "Asuntos modernos" (15 de mayo de 1891), hasta la encíclica del Papa Pío XI "en el cuadragésimo año" de su carta "Asuntos modernos". (1931), y el mensaje de audio dell Venerable Papa Pío XII en el Cincuentenario de la Carta de los Asuntos Modernos (1941), a la Encíclica de San Pablo VI "En el 80 Aniversario" de los Asuntos Modernos (1971), hasta la Encíclica de San Juan Pablo II “En el ejercicio del trabajo” (1981), con motivo del centenario de la publicación de “Asuntos modernos”.
8. Todos estos mensajes generales devuelven al mundo de hoy el valor y la santidad del trabajo, de cualquier tipo, de forma manual, intelectual, espiritual, cultural, educativa, política, diplomática, administrativa, judicial, militar, económica, comercial, financiera, turística, familiarmente, socialmente, humanamente. En todos estos y otros trabajos, estamos llamados, según la espiritualidad de san Josémarìa, fundador de la Prelatura del Opus Dei, a santificarnos y santificar nuestro trabajo, mediante la palabra, los mandamientos y las ordenanzas de Dios, el poder de su gracia, y las luces de su Santo Espíritu. Esto significa que nuestro trabajo debe ser recto, justo, transparente, sincero, amoroso, constructivo, buscando asegurar el bien común, un himno para glorificar a Dios y construir una sociedad más humana y civilizada. Esta espiritualidad, que trabaja para difundir y reactivada por el Opus Dei, busca promover una profunda conciencia de la vocación universal a la santidad entre hombres y mujeres, en sus diversas acciones y situaciones. Esta vocación universal completamente fue dedicada a los Padres del Concilio Ecuménico Vaticano II un capítulo de la Constitución Dogmática "Sobre la Iglesia".
9. Todo tipo de trabajo es duro. Pero siempre es por el bien del hombre, ya que lo hace madurar en su humanidad. Por eso Santo Tomás de Aquino llamó al trabajo como un bien para el hombre "un bien duro". Es un bien “benéfico, bendecido y decente” y, en esta capacidad, está a la altura de la dignidad humana. No sólo transforma la naturaleza, adecuándola a sus necesidades, sino que también se realiza como ser humano, y en cierto sentido “se hace más humano”, esta es la dimensión moral de toda acción (cf. Hacer el trabajo, 9).
10. Oramos para que Dios bendiga a la Prelatura del Opus Dei en sus bodas de plata y bendiga a sus miembros y su misión para su gloria, el bien de la Iglesia y la santificación de las almas. Amén.
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